Te escuchaba respirar, no podía dejar de mirarte, estaba tan extasiada con tu ternura, con la pasión que minutos antes habías puesto en mi cuerpo. Estabas ahí no podía creerlo, no logre explicarme porque tan maravilloso momento se me había otorgado a mí. Pero estaba frente a ti mi amor, con la oportunidad de recorrer tu cuerpo con mis dedos y enterarme que no era sueño.
Algo de maldad se apodero de mí, y a punto estuve de interrumpir tu sueño con un beso, de enredarte entre mis piernas que estaban llenas de ti. Mas me contuve mordiéndome los labios, pues… ¿quién era yo para romper ese momento tan angelical?, ¿quién era yo para despertarte y robarte esa belleza de tus ojos cerrados?.
Seguí observando tus labios entre abiertos, buscando rastros de mis besos en tus hombros, soportando mis ganas de estrujarte entre estos mis brazos que adoras y de los cuales me atrevo a decir que se amoldan perfectamente a tu cuerpo.
Mi amor, mi amor, yo estaba ahí soñando con los ojos abiertos por ti, cuidándote, celándote, pues no podría soportar que alguien pudiera arrebatarte de mi lado. De repente tus brazos se abrieron y los lanzaste sobre mí, me besaste por sorpresa como solo tú sabes hacerlo. Tu mano se deslizo de manera traviesa debajo de mi camiseta apretando mi pecho haciéndome entender que eres realidad y afortunadamente eres solo mía.
Sonreí con malicia, te abrace con fuerza para no dejarte ir, mi mano busco la tuya esfumando así toda idea de perderte. Te susurre al oído un te amo que salió desde lo más profundo de mi ser y tu soltaste “un pégate más mi amor”. Volví a sonreír….perdimos la noción del tiempo y nos perdimos para encontrarnos en un solo cuerpo.
Al despertar estabas a mi lado, tan ingenua como ninguna, mientras yo me preguntaba si habías logrado entender cuanto es que te amo….
Algo de maldad se apodero de mí, y a punto estuve de interrumpir tu sueño con un beso, de enredarte entre mis piernas que estaban llenas de ti. Mas me contuve mordiéndome los labios, pues… ¿quién era yo para romper ese momento tan angelical?, ¿quién era yo para despertarte y robarte esa belleza de tus ojos cerrados?.
Seguí observando tus labios entre abiertos, buscando rastros de mis besos en tus hombros, soportando mis ganas de estrujarte entre estos mis brazos que adoras y de los cuales me atrevo a decir que se amoldan perfectamente a tu cuerpo.
Mi amor, mi amor, yo estaba ahí soñando con los ojos abiertos por ti, cuidándote, celándote, pues no podría soportar que alguien pudiera arrebatarte de mi lado. De repente tus brazos se abrieron y los lanzaste sobre mí, me besaste por sorpresa como solo tú sabes hacerlo. Tu mano se deslizo de manera traviesa debajo de mi camiseta apretando mi pecho haciéndome entender que eres realidad y afortunadamente eres solo mía.
Sonreí con malicia, te abrace con fuerza para no dejarte ir, mi mano busco la tuya esfumando así toda idea de perderte. Te susurre al oído un te amo que salió desde lo más profundo de mi ser y tu soltaste “un pégate más mi amor”. Volví a sonreír….perdimos la noción del tiempo y nos perdimos para encontrarnos en un solo cuerpo.
Al despertar estabas a mi lado, tan ingenua como ninguna, mientras yo me preguntaba si habías logrado entender cuanto es que te amo….
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